4 DE MARZO DE 2013

Esta semana de nuevo hay que agradecer a nuestros padres, madres y abuelas que ignoraran la amenaza de lluvia y viento y trajeran a los peques a la PEQUETECA. Esta semana se nos unió un peque nuevo al que dimos la bienvenida y esperamos que se lo pasara bien y vuelva pronto. Tambien echamos de menos a Gonzalo que estaba malito y que tanto ayudó y se divirtió la semana pasada.

Esta semana hemos contado el cuento del robot que no nos dió tiempo la semana pasada y los mayores hicieron un taller de "Minidecorados para cuentos".

Como siempre comenzamos leyendo en familia mientras llegaban los participantes, aqui tenemos a nuestro nuevo peque con su padre.

Rápidamente nos pusimos rápidamente con el taller de mayores que era un poco laborioso. Construimos diferentes escenarios que servirán para contar cuentos con unas pequeñas marionetas de papel muy sencillas.

Los pequeños continuaron con la actividad de los robots de la semana pasada, inventando y creando robots con los que contar cuentos.

El cuento lo he encontrado entre los cuentos maravillosos de Pedro Pablo Sebastián "Enfadator, el robot terminador de discusiones". Evidentemente al contarlo lo adapté para las edades de nuestros pequeños, pero aquí pongo la versión original que es para niños un poco mayores.

"ENFADATOR, EL ROBOT TERMINADOR DE DISCUSIONES"

Enfadator era el nombre del proyecto secreto destinado a crear la máquina de discusión perfecta, un robot capaz de vencer cualquier disputa. En su desarrollo se habían utilizado las más modernas tecnologías, y poseía un sistema único que le permitía aprender de situaciones anteriores, y de todos los enfados que presenciaba.
Desgraciadamente, Enfadator se perdió y durante años estuvo desaparecido sin que nadie supiera nada de él, hasta que fue encontrado por casualidad.
Intrigados por cómo se habrían desarrollado las habilidades de discusión de Enfadator durante ese tiempo, los responsables del proyecto prepararon una dura prueba para el robot. Disfrazado como un maleante, lo llevaron a una oscura taberna, de esas llenas de delincuentes en las que cada noche se suceden numerosas broncas y peleas. Y ocultos en una esquina, esperaron a ver sus reacciones.
No tardó en aparecer un grandullón de aspecto fierísimo con ganas de pelea, que sin venir a cuento empujó a Enfadator con malos modos.
¡Qué emocionante! Desde su esquina esperaban ver cómo el robot hacía picadillo a aquel bruto, pero no ocurrió nada de eso. Es más, no ocurrió nada, y el bruto comenzó a enfurecerse y a gritar cada vez más. Enfadator seguía quieto, completamente parado, y sus inventores pensaron que estaba definitivamente averiado.
Pero entonces, cuando más furioso parecía aquel tipo enorme, Enfadator comenzó a moverse. Se estiró cuanto pudo, haciéndose más grande, extendió dos enormes brazos y levantó la cabeza para mirar al provocador. Sus ojos no eran como el fuego, ni como rayos láser, ni siquiera tenía la mirada del tigre. Al contrario, Enfadator parecía... ¡un angelito feliz! y era la viva imagen de la dulzura, el cariño y la comprensión. Y antes de que el bruto pudiera darse cuenta, estaba dándole un gran abrazo a aquel tipo con ganas de pelea, mientras le decía: “tú lo que necesitas es un buen amigo y un poco de cariño, ¿verdad?”
Y probablemente fuera verdad, porque una vez recuperado de la sorpresa inicial, el grandullón se mostró mucho más amigable, y estuvo charlando amistosamente con Enfadator durante un buen rato.
Y así descubrieron cómo resolvía el temible “Enfadator” todas las discusiones, pues de sus viajes por el mundo había aprendido que cuanto más enfadada está una persona, mejor le sienta un poco de cariño.

¡¡¡Lo mejor del día fue escuchar a los peques repetir el cuento e inventar cuentos con sus robots!!!

Acabado el cuento los pequeños se uinieron a los mayores para acabar los decorados de los cuentos.

Os esperamos la semana próxima!!!